La crioterapia es una técnica utilizada en dermatología para tratar diferentes afecciones de la piel. Sobre todo, las enfermedades precancerosas o cancerosas como las queratosis actínicas, los carcinomas basocelulares o las verrugas. No obstante, la crioterapia también puede utilizarse para tratar ciertas cicatrices, el acné o el eccema.
La crioterapia es un tratamiento mediante el cual se aplica frío extremo en una zona concreta de la piel con el objetivo de eliminar las células anormales o dañadas. El frío se aplica en forma líquida o en aerosol y se utiliza nitrógeno líquido que se encuentra a una temperatura de -196 grados Celsius. El resultado es, en términos sencillos, la congelación de la zona de la piel enferma, lo que acaba llevando a la muerte de las células dañadas.
La crioterapia es un proceso sencillo. Se comienza protegiendo la zona alrededor de la lesión que se encuentra afectada mediante una crema para evitar que el frío afecte a la piel sane. Posteriormente, se aplica el líquido criogénico o el aerosol en la lesión enferma. Es un proceso rápido y sencillo y, por lo general, no requiere anestesia previa.
Pero, ¿cómo actúa la crioterapia en el organismo? La crioterapia actúa sobre las células de la piel que se encuentran en la zona a tratar. La exposición al frío intenso provoca la congelación y la ruptura de las células, lo que lleva a su muerte y, por lo tanto, la eliminación de la lesión. Además, el proceso activa la respuesta inmune del cuerpo, lo que puede ayudar a combatir cualquier célula restante que pueda estar enferma.
Aunque los resultados son variables, en general, la crioterapia suele ser una evolución positiva y efectiva en el tratamiento de las enfermedades cutáneas. Además, es una técnica muy utilizada por los dermatólogos y se considera una opción de tratamiento no invasiva. La crioterapia no suele dejar cicatrices y el dolor o las molestias que se puedan generar suelen desparecer en pocos días.
Es cierto que existen algunas contraindicaciones para la crioterapia. Por ejemplo, no se recomienda a personas con problemas de cicatrización, enfermedades inmunológicas, problemas circulatorios, infecciones o personas con antecedentes de alergias. También puede resultar peligrosa si se aplica en zonas sensibles, como el cuello, o si se aplica mal, llegando a generar quemaduras graves.
En conclusión, la crioterapia es una técnica utilizada por los dermatólogos para tratar distintas afecciones de la piel. Si bien es cierto que se trata de una técnica no invasiva y efectiva en el tratamiento de enfermedades precancerosas o cancerosas, también tiene ciertas contraindicaciones que hacen que no sea una técnica aplicable para todos los pacientes. Por ello, es fundamental siempre consultar con un dermatólogo especialista en crioterapia antes de iniciar cualquier tratamiento y seguir sus recomendaciones.